Es un homenaje a la obra de Mikel Laboa desde otra mirada, un acercamiento a esa emoción errante, difícil de capturar en la trayectoria de sonido y ritmo reconocible, que es deformado en su retorno.
Hay una alusión al grito como extensión del lenguaje y la emoción, siendo en Laboa acto de expresión genuino y arcaico y que conecta directamente con la persona.
Encargo de la Cátedra “Mikel Laboa” Universidad del Pais Vasco