Esta obra es una versión de un proyecto titulado Botasoneiro, realizado en 2005 junto al saxofonista Iñigo Ibaibarriaga y el artista sonoro Mikel Arce. La obra original se basa en la combinación del saxofón barítono y sonoridades electrónicas en constante movimiento, tanto de forma virtual como física, gracias a la incorporación de altavoces oscilantes.
“Un día los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema.”
(Alejo Carpentier, “Los pasos perdidos”)
Después de este paréntesis la verdad es que lo estoy disfrutando: tocar el piano, escuchar, escribir... pero de otra forma.
Una nueva etapa, diferente, con mayor consciencia y atención... a los sentidos...
“Acuarela” surge gracias al trabajo realizado junto al flautista Roberto Casado y la coreógrafa y bailarina Michelle Man. Ambos participan activamente en un proyecto que en su origen posee un carácter eminentemente multidisciplinar.
Es un homenaje a la obra de Mikel Laboa desde otra mirada, un acercamiento a esa emoción errante, difícil de capturar en la trayectoria de sonido y ritmo reconocible, que es deformado en su retorno.
Parte de la idea del doble, del duo, como espejo entre los instrumentos y su reflejo en la electrónica.
- ¿Por qué está todo unido por un hilo invisible que nos envuelve y nos atrapa y nos impide ser libres en el pleno vacío de la luz?
- Porque sólo sueño el recuerdo del tiempo cuando todo era soledad.
Nono
pertenece a un grupo de obras de estilo constructivista, donde el material empleado (en este caso nueve notas para nueve instrumentos) determina las alturas y los ritmos y condiciona el desarrollo y la duración de las secciones.
La obra está estructurada siguiendo un planteamiento en el que se yuxtaponen distintas partes bien diferenciadas que irán formando el discurso. El tratamiento de los instrumentos, los trazos en los que se exponen alturas e intensidades, definen fragmentos muy característicos.
El título hace referencia a la fascinación que siempre ha despertado en mí el desierto en muchos aspectos. Entornos en los que la ausencia de referencias visuales y acústicas, a las que estamos acostumbrados, despierta nuestra imaginación.
Igarkizuna
es la palabra en euskera que más se acerca en significado a “enigma”, “acertijo”, “adivinanza”, aunque también se emplea en sentido complementario como “predicción”, “acierto”, “adivinación”.
Deep Blue
. Esta obra está pensada como una competición entre el músico y la máquina, aunque realmente supone un enriquecimiento del músico cuando se fusiona con la tecnología.
Una canción puede ser demasiado breve como para describir todo lo que sientes hacia una persona.
Precio: 10 €.
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En una sesión de trabajo en Gênes (Bélgica) con el grupo eWave, grabamos diversos efectos con la flauta: whistle-tones, ruido de llaves, wind sounds imitando la respiración, imitaciones de animales, etc. Era un material tímbrico muy sugerente, pero también extremadamente diferente entre sí.
Fue mi interés por la capacidad terapéutica de la música, y la relación de frecuencias elevadas y frecuencias bajas, entre colores y sonidos, lo que inspiró el título.
Fluido de sonidos que avanzan empoderándose, conquistando registros tímbricos e impulsando transformaciones hasta lograr su plenitud sonora.
Bakarrean II, parte de la obra anterior para guitarra y electrónica en vivo, Bakarrean del año 1997. En esta ocasión la parte electrónica está fijada en una pista de audio o con la posibilidad de su división. Pieza como nueva mirada desde la distancia, manteniendo la inercia del origen, reconstruyendo el instante.
En esta obra propongo la fragmentación de la totalidad del ámbito máximo del piano. El ámbito que ofrece el piano es enorme y parto de él como la totalidad del mosaico que supone su fragmentación.
Urbia representa el lugar idealizado, donde uno se siente especialmente conectado con su entorno natural, sin dejar de ser uno mismo.
Danba II propone un recorrido sonoro a través de las características acústicas de diversos instrumentos. Se establece un compromiso con cada uno de ellos, explorando sus características tímbricas y procurando prescindir de una jerarquización tradicional.
La obra establece un diálogo entre las múltiples sonoridades del violoncello y la electrónica, siendo uno de los objetivos fundamentales explorar las posibilidades de articulación de ambos elementos. Su construcción consta de una red de alturas y series interválicas cuyas distintas duraciones estructuran el discurso musical.