En esta obra propongo la fragmentación de la totalidad del ámbito máximo del piano. El ámbito que ofrece el piano es enorme y parto de él como la totalidad del mosaico que supone su fragmentación.

La primera fragmentación y la más pura se produce por la división del ámbito en octavas, e inmediatamente después establezco el intervalo de séptima mayor, como unidad de fragmentación para toda la obra.

Estas unidades se van estrechando y superponiendo dando lugar a estructuras diferentes pero emparentadas entre sí, conformando una gran familia sonora, podríamos decir que con una genética común. El proceso de estrechamiento se agudiza progresivamente, multiplicando la fragmentación, hasta llegar prácticamente a la saturación de todo el ámbito.

El discurso musical también está fragmentado en secciones que atienden al carácter propio de cada estructura, pero guardando parentescos entre los motivos que permitan identificar a todo el conjunto como parte de una misma familia.

Esta obra está dedicada a Alfonso García de la Torre, en reconocimiento a su labor como compositor y dinamizador de la vida cultural de Vitoria-Gasteiz y su entorno. Al igual que en su día lo fue Carmelo Bernaola, Alfonso es una figura indispensable para la cultura de nuestra ciudad, ya que ha propiciado la composición e interpretación de la música actual.
Obra editada con la colaboración del departamento de Cultura del Gobierno Vasco.